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Contar, hacer y propagar, tres tareas del arte ante el futuro (3)

Acordado que también el arte y la cultura pueden y deben aportar valor a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, entendiéndolos como un horizonte bueno al que orientar a la humanidad, ¿cuáles podrían ser sus tareas? O, por decirlo de otro modo, ¿qué pueden hacer el arte y la cultura a la sostenibilidad?

Yo creo que han de avanzar en tres direcciones en paralelo.

La primera, incorporar a sus contenidos creativos la preocupación, el problema del medio ambiente, la salud planetaria, y la responsabilidad en ella de la economía y las personas. Es decir, involucrarse artísticamente en los problemas y hacer de la belleza un medio para explicar, entender, transformar… La literatura, las artes plásticas, la música, las artes escénicas ya lo están comenzando a hacer, porque la mirada de sus creadores, humana al fin, no es ciega a la realidad. Ahí está el cine y el teatro que ha dado notables obras de arte que ayudan a entender y a cambiar; ahí esta la música de la que no me resisto a mencionar a Bebe y El Chojin, presentes este año en el Kit de supervivencia con dos hermosos temas. Contar, pues, es lo primero que debe hacer el arte: mirar al espejo, pero viendo más allá.

La segunda es hacer. Hacer es la demostración ética de que la preocupación por el futuro es cierta, no impostada. Las instituciones culturales públicas y privadas, las organizaciones creativas, las empresas, compañías, el sector cultural en su conjunto, debe implementar medidas de sostenibilidad en todas las fases y procesos de su acción. Las claves elementales de reutilizar, reciclar y reducir el consumo y la huella de carbono, deben ser incorporadas a las fases de producción y creación, de gestión y de encuentro del arte con los públicos. Los materiales empleados en las creaciones y su reciclaje (exposiciones, producciones escénicas y cinematográficas…), los recursos utilizados, la cantidad y la calidad de la energía consumida…, deben ser primero preocupaciones y luego ocupaciones concretas. 

Avanzar en crear protocolos asumidos por el conjunto del sector cultural es un reto que no debe demorarse, que hay que asumir ya, implicando a todos los agentes en el compromiso de reducir su huella de carbono, empezando por los que mayor rentabilidad obtienen de la actividad cultural.

La tercera dirección que deben emprender arte y cultura es la de propagar estas nuevas responsabilidades, que lo son también del conjunto de la sociedad. La cultura es percibida como una voz a la que escuchar, una voz con un cierto liderazgo que es bueno poner al servicio de esta -y otras- causas justas. Asociarnos a otros agentes para multiplicar el esfuerzo parece el mejor camino. En ese sentido debemos plantearnos el reto de la sostenibilidad en colaboración con empresas y marcas sensibles medioambientalmente y que desde posiciones sinceras opten por caminar con el arte para difundir sus mensajes. El IV Foro Cultura & Empresa que este año se dedica a la sostenibilidad puede ser una buena ocasión para explorar posibilidades concretas.

Es el comienzo de un camino difícil y apasionante, que va a plantear en paralelo un reto añadido poco  transitado, el de la ética.

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¿Son el arte y la cultura cosas de ricos? (2)

Blog Robert Muro

Hoy penetro un poco más en la relación de la cultura con la salud del planeta.

Una de los efectos que tiene una lectura detallada de los ODS y de sus metas es que la cultura y el arte son cosas de quienes tienen resuelto todo y pueden, por ello, preocuparse de cosas como la belleza, la música, la literatura… Cosas de pijos ricos.

¿Es eso cierto? Cuando se leen detenidamente las metas concretas de los ODS no queda otra que pensar que sí. Simplemente por incomparecencia. El arte, el teatro, la poesía…, no existen; y no aparecen porque en realidad son necesidades de estómagos satisfechos. Sin educación, sin alimento, sin salud, sin seguridad…, ¿se puede uno preocupar de otras cosas?

Pienso, sin embargo, que es un mal olvido de los ODS y que la cultura debería figurar entre los objetivos y las metas con papel destacado. Porque el ser humano debe abordar su propio desarrollo de un modo integral, incorporando a la dignidad de ser humano también el acceso al arte, su comprensión, su disfrute. Si algo debiera haber aprendido la humanidad de su desarrolla hasta aquí, es precisamente eso.

Nosotros, los que habitamos la parte “rica” tenemos también nuestras propias responsabilidades en el desarrollo del planeta, y en el cumplimiento de los ODS. ¿Cómo? Sencillo, cambiando lo que podamos en nuestro entorno inmediato. Cada país, cada institución, cada empresa, cada pequeño comercio; y sobre todo, cada persona, debe aportar algo concreto en la buena dirección. Y llevando el agua al molino que debo, los que apreciamos el arte debemos emplearlo al servicio de estas ideas y de estas prácticas reconfortantes con nuestro entorno. Bebe, poeta preciosa, lo dice en su Ska de la tierra: “La Tierra tiene fiebre, tiembla, llora,/ se duele del dolor más doloroso/ y es que piensa que ya no la quieren.”

El arte es la forma que ha ido empleando la humanidad para explicarse a sí misma cosas trascendentes, cosas que solamente se pueden expresar con y desde el arte. Quienes ante unos acordes de violín han sentido emociones profundas hasta la lágrima -es un ejemplo-, lo saben. Ya, ya sé que esto es una milonga para quien carece de lo elemental. Pero cada uno debe actuar sobre su medio. Y aquí, el arte y la cultura deben adquirir nuevos compromisos con el futuro, que hasta hace unos años eran simplemente impensables. Compromisos que se orientan a un nuevo horizonte, a un sueño: el de que algún día quienes no saben lo que es un violín, lloren de la felicidad apacible de conocerse un poco más a sí mismos.

Hacer consciente a la mayor parte de nuestros congéneres que hay cosas que solamente se pueden decir con el arte, y casi todas son bellas. Es nuestra tarea. 

Posibilitar a la mayoría de nuestros congéneres de ese disfrute. Que no tiene que ver con tener más o mejores cosas, sino con ofrecer, sentir y vivir más y mejores experiencias al alma.

Así que, ¿podemos hacer algo los pijos de este mundo, los pijos culturetas?

Sí. Contar la historia del mundo desde el arte. Contar el futuro del mundo con arte.

Contar, hacer y propagar: tres tareas del arte ante el futuro . Pero eso, mañana. 

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